Los hechos son sagrados, las opiniones, libres

Los hechos son sagrados, las opiniones, libres

lunes, 1 de diciembre de 2014

La página de sucesos

Siempre he pensado que escribir es una terapia. Nos ayuda a poner nombre a los pensamientos y a los sentimientos... A ordenarlos... A recoger algunas de esas ideas que pasan por nuestra cabeza a una velocidad incalculable y en ocasiones vertiginosa, darles una lógica, más o menos coherente, respirarlas, y plasmarlas en un papel. Hay veces, incluso, que nos sentamos a escribir sin saber muy bien qué vamos a decir... Y, de repente, como por arte de magia, fluye. Pero hoy no es el caso... Hoy no fluyen las palabras, porque es difícil expresar con palabras esta sensación. Tristeza, incredulidad, enfado, incomprensión, negación, nostalgia, miedo, impotencia... Son palabras sueltas que revolotean por mi cabeza y me causan un nudo en el estómago que sé que solo desaparecerá si consigo ordenarlas y escribirlas aquí. Es difícil aceptar y comprender la vida en algunas ocasiones. Las páginas de sucesos, las malas noticias, la tristeza de otros, las desgracias o el sufrimiento de personas que comparten este mundo con nosotros están tan a la orden del día que parece que toda esa información nos sobrepasa, ese bombardeo continuo de cosas tristes va generando inevitablemente en nosotros una tolerancia al dolor ajeno que casi se convierte en inconsciencia. ¿Somos insensibles? No lo creo. Tan solo somos supervivientes. Si pusiéramos cara, nombre, ubicación geográfica y situación familiar a cada persona que sufre, pasa hambre, enferma o muere, nos pasaríamos el día llorando. Sin embargo, creo que debemos ser conscientes de que todo eso existe, que está ahí fuera... Porque nos ayuda a recordar lo afortunados que somos cuando "no nos pasa nada", a valorar lo que tenemos, a  aprovechar y agradecer las alegrías y a relativizar los problemas. Y también porque nos ayuda a tener empatía con los demás, y la empatía, en este mundo, es fundamental.
Cada vez que enciendo la televisión o leo los periódicos y veo gente sufriendo, situaciones injustas, muertes violentas ... Se me parte el alma.
Ayer recibí una de esas noticias. Pero, esta vez, la víctima tenía cara. Una cara conocida. Una amiga de la infancia a la que hacía muchos años que no veía. Cuando me enteré, no pude ni reaccionar. Es curioso, he llorado al leer noticias sobre la muerte de desconocidos, y ayer no podía llorar. Creo que simplemente no me lo podía creer. Su prima me estaba escribiendo para decirme que la habían matado el día anterior. ¿ Cómo se supone que debe reaccionar nuestra mente ante una noticia así? Lo extraño de las noticias de sucesos es que parece que son algo que lees y dices " qué pena, cómo está el mundo", te entristeces un poco, y sigues bebiendo café. Hay quien empatiza más, hay quien empatiza menos... Pero pocas veces pensamos en cómo era la vida de esa víctima, en como se llaman sus padres, en si tenía hijos, o hermanos, en cuales eran sus sueños, sus recuerdos...
Yo recuerdo a esa chica... Y a su familia. Recuerdo uno de los mejores meses de mi vida. Recuerdo Canadá. Recuerdo a esa familia tratándome como a una hija o hermana más, recuerdo vivir en esa casa con esas personas, recuerdo una edad en la que nuestra mayor preocupación era ser lo suficientemente mayores como para que nos dejasen bebernos una cerveza en casa y con supervisión de un adulto, montar coreografías de Jennifer Lopez o comer helado a las doce de la noche. Y recuerdo hablar del futuro, de lo que queríamos ser de mayores... Tiene gracia, cuando somos pequeños queremos ser mayores, y cuando nos hacemos mayores, a veces, nos gustaría volver a ser pequeños...
Esta página de sucesos tiene cara, como todas las demás. Pero a esta la conozco... Y eso es complicado de asimilar. Es complicado entender la muerte, y más en un caso como este. Es complicado entender qué pasa por la cabeza de una persona para quitarle la vida a otra, o para herirla consciente o inconscientemente y dejarla desatendida. Es complicado entender que estas cosas ocurren y que nos pueden pasar a todos, porque es "mejor no pensarlo". Es complicado poner palabras a lo que se siente cuando sabes que alguien que tenía toda la vida por delante ya no está.
Supongo que lo único que nos queda en situaciones así, a parte de apoyar a sus seres queridos y de tener a esa persona en nuestros pensamientos, es aprender. Aprender que estamos aquí para ser todo lo felices que podamos, pero sin olvidarnos de ayudar a que los demás también lo sean. Aprender que hay cosas que no podemos entender, pero no por ello debemos ignorar que existen. Aprender que debemos disfrutar de la gente que pasa por nuestra vida, enseñarles lo que podamos dejar que nos enseñen, porque todo el que se cruza en nuestro camino, aunque sea por poco tiempo, aporta cosas importantes a nuestro álbum de recuerdos y a nuestro currículum de vida. Aprender que todos tenemos nombre, cara, padre, madre, recuerdos y sueños... Todos. Que todos somos personas, y que nadie merece sufrir.
Solo me queda decirte a ti, vieja amiga, que descanses en paz, y que allá donde estés, no existan las páginas de sucesos.

martes, 14 de octubre de 2014

Detenganme. Soy actriz.

Deténganme. Soy actriz
Jazmin abuin Janeiro

Señores que gobiernan... Quiero entregarme. Soy actriz. Manden una patrulla a mi casa y deténganme...en serio..háganlo ...Porque, lo confieso: soy actriz. Y no solo lo soy, sino que además, me siento orgullosa de serlo. Pero es que para más "INRI", también soy cantante... E incluso a veces me atrevo a decir que soy bailarina... Para añadir a mi ficha de " persona peligrosa" he de añadir que me encanta mi profesión, adoro leer, la musica me apasiona, visito frecuentemente los museos y lloro cuando veo una buena pelicula, cuando escucho una canción que me emociona, cuando me detengo ante una obra de arte o cuando termino un buen libro. Si, señores, soy un peligro público. Detenganme, por el bien de este país.
Pero antes, me gustaría que tomaran nota de mi declaración. Verán, señores... Cuando yo era pequeña me gustaba estudiar. Ya ven, hasta en eso les he salido rara. Me gustaba saber cosas, investigarlas por mi cuenta y saber que somos lo que somos porque otros que pasaron por el mundo antes que nosotros descubrieron el fuego, dedicaron su vida investigar la ciencia, se unieron para redactar una declaración de los derechos humanos ( si no se la han leído o se les ha olvidado algún epígrafe se la resumo cuando quieran. Total, me van a encerrar, así que voy a tener tiempo...y la ignorancia es algo que no le deseo ni a mi peor enemigo), o construyeron edificios que todavía siguen en pie, tras siglos y siglos de historia. Pero en mi colegio ( ya les digo que soy rara) , curiosamente, también nos examinaban de una asignatura que se llamaba... Cómo era? Ah! Sí! Literatura. En ella estudiábamos a los grandes poetas, novelistas y también dramaturgos. También había una extraña asignatura llamada... Historia del arte, creo. Hablaban sobre pintores, escultores y músicos... Y sobre arquitectos cuyas grandes obras, entre otras, habían sido grandes teatros, bibliotecas, museos o conservatorios. Incluso había una asignatura que se llamaba filosofía... Donde estudiábamos a gente que se dedicaba a pensar. Curiosa ocupación... Y ahora, mientras me encuentro aquí, prestando declaración, miro atrás y me pregunto: no tenía todo eso algo que ver con la... Como se llama esto que no es importante! ... Cultura? Y si no es importante... Por que se ha incluido en los planes de estudios de los colegios durante todos estos años? Para qué leer el Quijote.. Estudiar a Platón... Hacer trabajos sobre Shakespeare, Moliere, Chejov, Juan Ramon Jimenez, Picasso, Monet, Descartes, Mozart, Chopin, Vivaldi, Garcia Marquez, Lorca, ... Para qué, ustedes, que creo que tienen un ministerio de educación que se encarga ( perdón, quiero decir, que debería encargarse) de formar a los niños que un día serán adultos en cosas útiles para la vida, no eliminan todas esas tan superfluas de los libros de texto y se dedican solamente a enseñar matemáticas, física y biología??

Disculpen si me voy por las ramas... Pero esta duda me ha llevado a otra. Que sentido tendrían las obras de los grandes compositores si no hubiera músicos que las interpretaran? Y los poemas si no hubiera quien los recitara? Que valor tendría la existencia de las obras de Shakespeare, Moliere, Lope o Buero Vallejo si no hubiera actores que las pusieran en pie? Por que se empeñan en afirmar que no somos importantes? Que nuestro trabajo no tiene valor? Pero vale... En un intento de restar años a mi condena, pongamos que les doy la razón. Nuestro trabajo NO es importante. En ese caso... Por que se empeñan en destruirlo? Para qué invertir tiempo y energía, con todas las cosas importantes que ocurren en este país, en destruir algo que no tiene ni la mas mínima relevancia?

Pero tranquilos, les comprendo, no se alteren. Hoy concretamente me he dado cuenta de que no solo les entiendo, sino que tienen ustedes razón. Hay que destruirnos. Porque somos peligrosos. Señores, soy una de esas personas extremadamente peligrosas que hoy se han reunido en la puerta del ministerio de cultura. ( que curioso, algo que no es importante, resulta que tiene su propio ministerio. Qué lástima que no haga honor a su nombre). Sí. Yo estaba allí. Y muchas, muchiiiisimas personas mas ( ustedes dirán que 15 o 20 exaltados). Y me he dado cuenta de lo peligrosos que somos cuando en vez de quemar papeleras hemos soltado globos blancos. En lugar de hacer pintadas en las paredes hemos colocado silenciosamente velas blancas en el suelo. En vez de gritar insultos e improperios hemos escuchado atentamente como nuestros compañeros leían unos textos maravillosos que nos han llegado al corazón. En vez de dividirnos por ideologías políticas o luchas personales, hemos alzado la voz todos a una para decir: viva la cultura. Pero es que lo mas peligroso de todo, señores, es que con un silencio sepulcral y con el mas absoluto respeto hemos escuchado la mágica voz de una soprano interpretando una canción que con absoluta generosidad ha compartido con todos nosotros, a una violinista tocando virtuosamente, a varios cantantes enterneciéndonos con sus voces y sus guitarras... Y eso cala en el corazón. La magia que se ha creado hoy en la plaza del rey no la borran los antidisturbios, ni la pueden manipular los medios, ni la puede silenciar nadie. Ni siquiera ustedes. Porque el arte, señores, llega al alma. Y ustedes de eso no entienden. Y por eso les da miedo. Les da miedo que la gente vea, escuche, lea, piense, aprende, debata y opine. Porque eso es lo que cambia el mundo. Y ustedes no quieren que el mundo cambie, porque en nuestro mundo, en ese mundo en el que cabe la diversidad, la libertad de opinión, la igualdad, y por supuesto, la cultura... Los que no caben son ustedes.
Así que arrestenme, por favor. Porque soy un peligro y tengo el firme propósito de seguir siendolo. Gracias

Firmado: jazmin abuin janeiro. Una titiritera cualquiera... Pero con un corazón que no se rinde y con una pasión por la cultura que ni ustedes ni nadie podrán parar.

lunes, 23 de junio de 2014

En san Xoan, meigas e bruxas fuxirán

Todos celebramos en la noche del 31 de diciembre el comienzo de un nuevo año. Nos despedimos de los 365 dias que dejamos y damos la bienvenida a doce nuevos meses con la esperanza de que todos esos deseos que no se cumplieron en el año que termina, se hagan realidad en el que comienza. Empezamos el año llenos de energía, como si ese cambio de cifra marcara un antes y un después en nuestra vida. Ponemos el "contador a cero" y volvemos a empezar. La vida son ciclos, etapas, momentos... Y esas etapas no se miden en años... Ni en meses, ni en días. Las etapas van por dentro. Cada uno va abriendo y cerrando ciclos según sus circunstancias, sus vivencias, sus errores, sus logros y lo que va aprendiendo de todos ellos.
Sin embargo, nos gusta poner fecha a nuestras etapas. Necesitamos fijar fechas en las que "resetearnos"... Aunque solo sea de manera simbólica. En mi caso, intento abrir y cerrar etapas cada día, cada momento, cada minuto, vivir día a día y aprender en cada paso... Pero también tengo mis fechas simbólicas. Porque esas fechas, esos días que señalamos en el calendario como especiales, son como muletas que nos ayudan a dejar a un lado nuestra rutina y coger aire. Y una de esas muletas es, para mi, sin duda, esta noche. La noche de san Juan. Porque el fuego purifica, porque creo en la magia, en las meigas, en el mar, en la luna, en la fuerza de los elementos de la naturaleza y, sobretodo, creo en cualquier cosa que nos haga coger fuerza y llenarnos de energia.

En Galicia, esta tradicion se remonta a ritos precristianos y festividades relacionadas con la mitologia celta. El culto al fuego, al agua, a las hierbas y al solsticio de verano. Se relacionaba con la fertilidad y la purificación. Se decia que en esta noche mágica, el mundo del mas allá se comunicaba con el del "mas acá"; que era el momento de expulsar a los malos espíritus...que En San Xoán meigas e bruxas fuxirán.

Podemos creer en las meigas ( dicen que "habelas , hailas") o no...pero todos tenemos miedos, temores y lastres en nuestra mochila que nos impiden avanzar... Y todos tenemos anhelos, deseos, objetivos y sueños que nos gustaría cumplir. Yo creo que para poder cumplir sueños es imprescindible creer en ellos, saber cuales son ( los de verdad, los importantes, los que nos dan la felicidad.. Que a veces no son los que nos vienen a la mente en nuestro dia a dia de manera superficial) e ir a por ellos. Y para eso, de vez en cuando, necesitamos congelar el tiempo y estar "aquí y ahora", con nosotros mismos. Necesitamos "reiniciarnos"...

Por eso, en esta noche mágica y especial, deseo que el fuego se lleve todos vuestros miedos, vuestros problemas y las piedras que tengáis en vuestras mochilas... Para dejar paso a todos vuestros deseos... "Pa ' que se vaya lo malo y pa' que entre lo bueno", como dice la canción. Cerrad los ojos... Respirad profundo, quemad vuestros miedos y pedid vuestros deseos... Yo pediré los mios ... Y entre ellos estara que se cumplan los vuestros.

Feliz noche de san juan

viernes, 6 de junio de 2014

Heroes y villanos

Hoy es uno de esos días que, entre ensayos, adaptaciones de letras de canciones y doblajes, he decidido hacer un alto en el camino para comer con un buen amigo. Y, mientras intentábamos arreglar el mundo ( todos nos empeñamos en intentar arreglar el  mundo en los cafés), decidimos ir a ver a una de las villanísimas de Disney en Maleficent, que se estrenaba hoy en los cines ideal en versión original. Había oído ya varias criticas sobre la cinta de Robert Stromberg...La mayoría, no muy buenas. Es curioso porque, la mayoría de ellas hacían referencia a lo mismo. "Es que los malos tienen que ser malos. No puedes coger un villano y de repente convertirlo en bueno". Parece ser que los malos no nos gustan en la vida, pero nos encantan en la ficción. Maléfica "tiene que ser mala". Y punto.

A pesar de las criticas, como fiel admiradora de la gran Angelina Jolie y como persona a la que le encanta juzgar las cosas por si misma, decidí entrar a verla. O quizás... Porque, en el fondo, sabia que me iba a gustar. No hay nada como no esperar mucho de algo, porque a veces es en esas ocasiones cuando las cosas te sorprenden para bien. Y eso hice. Dejarme sorprender. Sin juicios anticipados. No quiero profundizar mucho en el contenido de la película por no destriparla... Pero, excepto el precio del cine, tema en el que tampoco voy a profundizar porque el debate duraría demasiado, no tengo nada mas que objetar.

Hoy quiero confesar...( como dice la canción) ...que me gustan las historias de Disney. Creo que necesitamos creer en los finales felices. Sin embargo, siempre me ha llamado la atencion ( y no precisamente para bien) ese afán por hacernos creer que los problemas se resuelven con un príncipe azul que llega y pone nuestra vida en orden. Princesas indefensas que viven a la sombra de madrastras malvadas... Manzanas, zapatos, torres, ruecas, colas de sirena, castillos encantados y chicas sufridoras  que esperan pacientemente a que un beso de amor verdadero rompa el hechizo. Todas llevamos una princesa dentro... Quizás porque nos la han inyectado en vena. La mía piensa que el amor es mas fuerte que ninguna otra fuerza, que todo lo puede, que mueve el mundo. Pero creo que discrepo en la definicion de amor. No es el amor de los príncipes azules el que rompe el hechizo. Es el amor por nosotros mismos, por nuestras madres, nuestros hijos, nuestros amigos y nuestros hermanos... Por la vida... Por nuestras parejas, sean príncipes azules o ranas verdes. Siempre me ha gustado pensar que no seria necesario que la bestia cobrara aspecto de galán para que la película tenga un final feliz. Es mas, recuerdo como me daba pena esa transformación ... Porque ella ya le quería así, peludo y grande... "Que se supone que tengo que interpretar?", pensaba. "Que el karma le dice - " ala, guapa, tu premio por creer que la belleza esta en el interior es cambiar a tu novio por un rubio macizo??"
La bella durmiente podría haberse despertado, como en la historia que conociamos, por el beso de un príncipe.  Pero a mi me gusta mas que la despierte el arrepentimiento de la misma persona que la durmió.

Maléfica. Heroína o villana? Pues supongo que las dos cosas, como todos. Esto es, para mi, lo mas interesante de esta película. Que, aunque todo lo que rodea al mundo Disney es "asquerosa y a la vez encantadoramente  lejano a la realidad", en este caso, los sentimientos son mucho mas humanos y por tanto mas creíbles. Porque todos nos equivocamos y nos arrepentimos. Porque normalmente no somos "malos" porque si. Porque detrás de un villano, casi siempre hay una historia, y si la escuchamos descubrimos que quizás no siempre fue villano... Porque no me gusta dividir el mundo en buenos y malos.

Parece que el encanto de los "malos de película" reside precisamente en su maldad. Pero, en el fondo, yo creo que nos gustan porque reconocemos algo de nosotros mismos en ellos. Muchas veces nos caen bien. Empatizamos con ellos. De hecho, casi nunca los tachamos de "malos". Por que nos resultara tan fácil empatizar con un villano de película y tan difícil no tachar de "malas" a las personas de carne y hueso a la primera de cambio?

Hoy mi amigo y yo hablabamos sobre lo mucho que cuesta ponerse en "el otro lado" cuando algo nos enfada, nos duele o nos ofende y lo bien que nos sentimos cuando logramos hacerlo. Y es que... A veces, la historia cambia mucho dependiendo de si decides ver " la bella durmiente" o " maléfica". Quizás habría que intentar ver las dos.

lunes, 2 de junio de 2014

Como diría Mafalda...

"Que paren el mundo que me quiero bajar" . De vez en cuando es necesario bajarse del mundo para hacer un viaje hacia nuestro "yo" más profundo. Hoy me he puesto a recordar esta y otras grandes frases que Quino puso en boca de esta adorable a la vez que inconformista niña, y decidí bajarme del mundo durante un rato, porque a veces "lo urgente no deja tiempo para lo importante". Cierto, señorita Mafalda. Hay muchas cosas urgentes, pero la mayoría no son importantes. O quizás, lo que creemos urgente es solo una consecuencia de algo mas importante... Y empezamos por el final. Intentamos construir la casa por el tejado. Estamos en un momento de cambio. Y los cambios siempre deben ir de dentro hacia fuera. Pero... Como aislarnos de lo que ocurre fuera? Últimamente dedico mucho tiempo a leer y escuchar. La gente tiene mucho que decir. A veces incluso me da la sensación de que por la situación que estamos viviendo, mas que hablar, lo que hacemos es "vomitar" pensamientos... Pensamientos desordenados fruto de lo desordenada que se ha vuelto nuestra sociedad, nuestra situación económica y política, nuestro mundo y por lo tanto nuestra vida.

Hace poco, las redes sociales se revolucionaron en el mismo fin de semana por dos noticias, para nada equiparables en importancia, pero si en repercusión mediática ( lo cual no deja de ser triste). La primera "revolución" la causo un hombre que decidió presentarse a Eurovision vestido de mujer y con barba. Algunos países pusieron en grito en el cielo y eso provocó que otros pusiéramos el grito mas en el cielo todavía. Y ganó. Y cuando ganó, el mundo se dividió en dos bandos. Los que vieron en esta victoria un himno a la libertad y los que vieron una gran ofensa. Bueno, hay un tercer mundo, en el que me incluyo, que vio un gran artista que hizo una gran actuación y gano un festival en el que normalmente poco tiene que ver hacerlo bien con ganar. Pensé... "En serio hace falta reivindicar que un hombre, mujer, transexual, hombre vestido de mujer, mujer vestida de hombre... Pueda participar en un concurso en el que lo que hay que juzgar es la interpretación de una canción y la canción en si misma?? Que tontería". Pues me equivoqué. Y mucho. Oí incluso que esa "persona" " debería estar prohibida". Y me surgió una duda: Se puede " prohibir una persona?" Obvia y afortunadamente la respuesta es no... Pero igual de obvia pero desgraciadamente, vivimos en un mundo en el que hay personas que se empeñan en prohibir a otras personas ser lo que quieran ser y vivir como quieran vivir... Y eso, en mi opinión, si que debería " estar prohibido".

La otra noticia fue el asesinato de Isabel Carrasco. Pensé: " no creo que haya nadie que justifique esto". Nuevamente, me equivoqué. Mucha gente lo hizo. Y mi primera reacción fue de indignación. Creo firmemente que bajo ningún concepto podemos pensar que tenemos derecho a decidir quien merece vivir. Mafalda decía que " admitir que se está equivocado es el harakiri del orgullo". Y yo creo que al orgullo hay que hacerle el harakiri de vez en cuando para que lo urgente no se coma a lo importante, así que decidí dejar la indignación a un lado e intentar entender qué nos está pasando. Y la indignación se convirtió en tristeza cuando me di cuenta de que hay gente que llega a un grado de frustración y desesperación tan grande que ya no tiene nada que perder. No justifico el ojo por ojo porque entonces si que tendría que bajarme del mundo, pues no concibo un mundo así, pero lo entiendo. Entiendo que a veces, las injusticias nos sobrepasan. El sistema no funciona. Vivimos en una sociedad que está dejando a muchos en un callejón sin salida, mientras otros disfrutan de una serie de privilegios por un poder que no saben ejercer. No, no lo justifico, pero no me queda mas remedio que entenderlo...

"Sería lindo despertar un día y encontrarse con que la vida de uno depende de uno". La felicidad es una elección. Pero es cierto que es fácil decir esto cuando tienes tus necesidades básicas cubiertas. Siempre decimos que el dinero no da la felicidad. Pero se puede ser feliz cuando no se tiene un techo bajo el que dormir, cuando no puedes dar de comer a tus hijos, cuando te echan de tu casa? Yo estoy convencida de que en la vida todo depende de como afrontes el día a día, que es una cuestión de actitud. Pero también creo que es muy fácil escribir esto en mi ordenador desde mi casa. Esta tarde, viendo una enorme cola en la puerta de un comedor social y en ella un montón de gente que probablemente jamas se habría imaginado a si misma allí, pensé en esa mujer que cogió una pistola y disparó a la que era, desde su punto de vista, la causante de todas sus desgracias. También pensé en como el partido de esta mujer aprovecho la ocasión para intentar convertirla en mártir y en como muchos otros sacaron a la luz sus abusos en un intento de justificar que " se lo merecía". Y llegué a dos conclusiones : La primera, que ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Somos personas, y actuamos de manera correcta o incorrecta, hacemos las cosas mejor o peor, y nos enfrentamos a nuestras circunstancias como podemos. Nuestra vida depende de nosotros ... Pero lo que ocurre a nuestro alrededor forma parte de ella y no siempre podemos evitar que nos condicione. La segunda, que toda verdad tiene dos caras, y aunque repito que en este caso no puedo justificar los hechos, si puedo entender las razones.

Después de pasar por este comedor social, llegando a la puerta del sol, un grupo de hombres y mujeres de unos 60 años subían con la bandera republicana cantando "Libertad sin ira". "Dicen los viejos que en este país hubo una guerra, y hay dos Españas que guardan aún el rencor de viejas deudas..." y recordé otra frase de Mafalda: " no es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta ". Ese grupo de gente con el que me crucé, como muchos otros, ha vivido una dictadura. Y nuestros abuelos, una guerra civil. Dudo que piensen que cualquier tiempo pasado fue mejor, pero siguen peleando por cambiar este. "La vida no debería despojarlo a uno de la niñez sin antes darle un buen puesto en la juventud", decia la niña de la sopa. Cuando pienso en lo que otros han luchado porque nosotros, los que eramos el futuro, viviésemos en un mundo mejor, me siento en la obligación moral de intentar ayudar a construirlo. Sin juicios radicales, pero sin conformarme. De dentro a fuera, pero intentando escuchar, entender y tener en cuenta lo que ocurre a mi alrededor. Intentando ser escuchada, pero también escuchar.

Cuanto cambiarían las cosas si nos esforzáramos mas por entender las razones que llevan a los demás a pensar, decir o actuar antes de juzgarlas, si consiguieramos pensar y escuchar con el corazón...

Mi corazón me dice que las cosas no están bien...me gustaría vivir en un mundo donde la gente pueda vivir con dignidad, donde no se juzgue a la gente por sus ideas políticas, religión, orientación o  identidad sexual, sus creencias, costumbres o tradiciones... Donde no exista el miedo, donde seamos capaces de respetar las ideas que no compartimos. Me gustaría vivir en un país en el que no estuviéramos en manos de personas a las que no les importan las personas, donde no exista "la fiebre del ERE" para unos, y los cargos vitalicios ( y obsoletos) para otros, donde no se despida a gente que hace bien su trabajo y sin embargo sea imposible destituir de su cargo a quien lo hace mal, donde la gente deje de estar triste. Pero como los cambios van de dentro a fuera, mi aportación es no perder la esperanza. "Libertad libertad, sin ira libertad... Guardate tu miedo y tu ira porque hay libertad sin ira libertad y si no la hay sin duda la habrá".

Mafalda decía " comienza el día con una sonrisa y verás lo divertido que es ir por ahí desentonando con todo el mundo"
Yo he decidido cambiarlo por "comienza el día con una sonrisa y veras lo bien que sienta contagiarla al resto del mundo" . Y, sobre todo, intentemos luchar porque nuestras vidas dependan de nosotros mismos. Seamos quienes queramos ser y no aquello en lo que otros quieren convertirnos. Gracias, Mafalda!!

domingo, 4 de mayo de 2014

Heroinas...

Para esas trabajadoras a tiempo completo, cuidadoras y salvadoras incondicionales, esas que no entienden de horarios ni de fechas, esas que aceptan con el corazón incluso aquellas cosas que no comprenden con la cabeza, esos ángeles de la guarda que nos recogen cuando nos caemos, esas mujeres que son incapaces de dormir o respirar hasta que se aseguran de que estamos bien, esas heroínas que cambiarían su vida por la nuestra para evitarnos hasta el mas mínimo sufrimiento... Y en especial para una de ellas, mi heroína particular: mi madre.

Hay quien dice que nuestra personalidad, nuestra forma de ver el mundo y nuestro comportamiento son el resultado de una predisposición genética... Otros afirman que depende de la educación que hemos tenido... Algunos opinan que depende del trabajo personal que hacemos con nosotros mismos por vaciar nuestras mochilas y llenarlas de cosas nuevas... De la experiencia adquirida a medida que caminamos por el mundo. Probablemente somos un conjunto de todas esas cosas, pero, en mi caso, siempre he estado convencida de que no seria quien soy si no hubiera tenido la suerte de haber tenido la familia que tengo.

Cuando somos niños, copiamos conductas. Y, como todos llevamos un niño dentro, en mi caso, mi "niña" me recuerda cada día que tengo a mi lado un referente claro de la persona que quiero ser.

Por vivir con la honestidad como lema, por hacer un esfuerzo constante por entender incluso las cosas no compartes, por dar consejos sabiendo que a veces no los voy a seguir y no decir " te lo dije" cuando descubro que debería haberlos seguido, por apoyarme en lo personal y en lo profesional cada día de mi vida,  por enseñarme que en la vida todo se consigue con esfuerzo y constancia, por no juzgar a nadie y perdonar a todo el mundo, porque las palabras rencor, orgullo y prejuicio no existen en tu vocabulario, por tu empatía, tu generosidad y tu espíritu de sacrificio, por no emitir jamas juicios morales y  por enseñarme a vivir sabiendo que nada esta mal si te hace feliz y no hace infelices a los demás, que la grandeza de las personas reside en sus corazones, que la paciencia y la templanza son la base para tomar buenas decisiones, que no es malo equivocarse si nuestros errores nos sirven para aprender y que los sueños se pueden hacer realidad.

Por encontrar objetos desaparecidos, por frases como " llevate un paraguas, parece que va a llover", por ver siempre mas allá, por no ser capaz de dormir tranquila si estoy en casa de visita y salgo por la noche aunque tenga 30 años y lleve diez viviendo sola, por preguntarme cada día si he comido bien y si voy abrigada cuando hace frío, por tus llamadas diarias para hablar de todo o de nada, por tu capacidad para saber lo que estoy pensando incluso cuando intento ocultarlo, por adivinar a quinientos kilómetros de distancia que me duele la cabeza, la espalda, el estomago o que he tenido un dia duro...Y por ser igual de "cabezona" que yo.

Por ser mi heroína particular: tenaz, generosa, trabajadora incansable, comprensiva, empatica, tolerante e inteligente y a pesar de ello seguir luchando por ser cada día mejor persona...

Por todas estas cosas, hoy, la niña que llevo dentro y yo te damos las gracias.

Te quiero, mamá.

viernes, 2 de mayo de 2014

NO TE DETENGAS, WALT WHITMAN

No dejes que termine el día sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz, sin haber aumentado tus sueños. No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el derecho a expresarte, que es casi un deber. No abandones las ansias de hacer de tu vida algo extraordinario. No dejes de creer que las palabras y las poesías sí pueden cambiar el mundo. Pase lo que pase nuestra esencia está intacta. Somos seres llenos de pasión. La vida es desierto y oasis. Nos derriba, nos lastima, nos enseña, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia. Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa: Tu puedes aportar una estrofa. No dejes nunca de soñar, porque en sueños es libre el hombre. No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un silencio espantoso. No te resignes. Huye. "Emito mis alaridos por los techos de este mundo", dice el poeta. Valora la belleza de las cosas simples. Se puede hacer bella poesía sobre pequeñas cosas, pero no podemos remar en contra de nosotros mismos. Eso transforma la vida en un infierno. Disfruta del pánico que te provoca tener la vida por delante. Vívela intensamente, sin mediocridad. Piensa que en ti está el futuro y encara la tarea con orgullo y sin miedo. Aprende de quienes puedan enseñarte. Las experiencias de quienes nos precedieron de nuestros "poetas muertos", te ayudan a caminar por la vida La sociedad de hoy somos nosotros: Los "poetas vivos". No permitas que la vida te pase a ti sin que la vivas ...

Misántropos...

Cuando Moliere decía que la comedia "corrige las costumbres riendo", se refería a las de esa sociedad del siglo XVII que el dramaturgo consideraba hipócrita y carente de valores. El autor afirmaba que la hipocresía "es el colmo de todas las maldades", pensamiento que plasmó en muchas de sus obras; entre ellas, El Misántropo. Casi cuatro siglos más tarde, Miguel del Arco revisa esta obra de Moliere y nos presenta una adaptación brillante de este Misántropo trasladada a nuestros tiempos. Ayer tuve el privilegio de sentarme a verla en el Teatro Español y recordar, una vez más que, más allá de períodos históricos, culturas, idiomas y avances tecnológicos, la esencia del ser humano es siempre la misma. Los tiempos cambian, pero nuestras pautas de comportamiento se repiten más allá del tiempo y del espacio. Lo que Moliere escribió en 1666 encaja perfectamente con lo que nos muestra Miguel del Arco en 2014 en una función de las que hacen pensar. Mientras unos impecables actores daban vida a este gran texto, no pude dejar de hacerme preguntas... y una de ellas es la siguiente: ¿ Es rentable la verdad? A nadie le gusta que le mientan, pero todos mentimos; no nos gusta la hipocresía, pero a veces somos hipócritas... todos nos consideramos a nosotros mismos " personas sinceras" y sin embargo, a menudo dudamos de la sinceridad de los demás... no nos gusta el "sistema", pero nos aterra que este nos rechace... queremos ser nosotros mismos pero no siempre permitimos que los demás hagan lo mismo. ¿Por qué nos esforzamos tanto por obtener la aprobación de "los demás" incluso cuando creemos firmemente que " los demás" no merecen nuestra aprobación? ¿ Dónde está el límite entre la diplomacia y la hipocresía? Supongo que ese límite, si es que lo hay, está donde cada uno decida ponerlo. El problema es que cada uno lo pone en un sitio diferente y, generalmente, no lo traza en el mismo lugar cuando se trata de si mismo que cuando se trata del resto de las personas. Lo que en uno mismo es sinceridad, si viene de otros es mala educación o incluso crueldad; lo que en uno es una "mentira piadosa", en otros es simplemente una mentira, porque las "mentiras piadosas no existen"; lo que en uno es educación, diplomacia o amabilidad en otros es falsedad... porque resulta mucho más sencillo mirar la paja en el ojo ajeno que mirarse en el espejo, ya que, cuando uno decide mirarse al espejo, mirarse de verdad, corre el riesgo de que no le guste lo que ve. La soberbia, el exceso de ego y el orgullo esconden, en realidad, un profundo miedo al rechazo. Si estuvieramos seguros de que nos gusta lo que vemos en el espejo no necesitaríamos que viniera nadie a confirmarnos que es bonito. ¿ O quizás sí? A veces, incluso estando aparentemente seguros de lo que pensamos o sentimos, necesitamos decirlo en alto y que alguien nos de la razón. ¿ Por qué? Porque por mucho que nos empeñemos en negarlo, nos necesitamos. Somos animales sociales y no estamos diseñados para vivir islados. Y ese afán por encajar hace que nuestros límites se vuelvan difusos. Gracias, Misántropo, por recordarme cuales son los míos, o al menos, donde quiero luchar cada día por ponerlos: Vivir intentando ser honesta conmigo misma y con el mundo y dejar que el mundo viva de la manera que elija vivir. Intentar mantener a mi lado y cuidar a quienes tienen una visión del mundo, no igual, pero si compatible con la mía pero nunca despreciar a los que no la tienen, y sobretodo, aprender de los primeros y también de los segundos... e intentar aportar algo positivo al "mundo", pero sin pretender que mi aportación guste a "todo el mundo". Creo que mi límite particular entre la sinceridad y la mentira está en ser y dejar ser. Ser honesto con los demás es importante, pero lo es mucho más serlo con uno mismo. ¿ Es rentable la verdad? NO. Pero, en mi opinión, es necesaria... quizás deberíamos centrarnos menos en que salgan las  "verdades de nuestra mente" por nuestra boca y más en que entren las "verdades de nuestra mente" a nuestras almas.