Los hechos son sagrados, las opiniones, libres

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jueves, 11 de junio de 2015

POR HERMINIA


Hay momentos en los que me siento especialmente feliz de haber tomado una decisión tan "loca" como la de ser actriz. Y este es uno de esos momentos. Llevo un par de horas pensando en qué escribir. Estoy en shock con la cantidad de mensajes privados, comentarios y tweets que me habéis hecho llegar los que veis Acacias y no me conocéis, excepto por interpretar a Herminia y sin embargo me tratáis con el mismo cariño que si me conocierais personalmente y de toda la vida, y por esos mensajes y llamadas de esos familiares, amigos y compañeros que os habéis enganchado a cada capítulo por apoyarme. Son tantos y tan bonitos que quiero tomarme el tiempo que merecen para ser respondidos uno por uno. Pero no quiero hablar de mi... sino de ELLA.

Cuando me dijeron que iba a interpretar este papel, al principio sentí miedo. No sabía si iba a saber entenderla de verdad, tratarla con la sensibilidad y el respeto que merecía. Pero en seguida me di cuenta de que los sentimientos no entienden de épocas, de lenguajes, de clases sociales ni de lugares. Son atemporales y universales. El mundo no se compone de ricos y pobres, buenos y malos, afortunados y desgraciados. Se compone de personas... personas que viven con unas circunstancias y se enfrentan, mejor o peor, con valentía o con miedo, con bondad o con rencor, a lo que les va sucediendo en la vida. Yo aprendí a querer a Herminia, sin juzgarla ni intentar entenderla, sino aprendiendo a ver el mundo a través de sus ojos. Y la empecé a querer en cuestión de minutos. Para mi, ponerme en su piel y rodearme de compañeros como los que he tenido, ha sido una lección, no solo como actriz, sino también como persona. Sin embargo, creo que cuando he llegado a comprenderla del todo y a darme cuenta de lo afortunada que he sido, ha sido cuando he empezado a ver su vida a través de vuestros ojos y a leer los comentarios que me han llegado día tras día.

Yo creo que ser actriz es ser "contadora de historias". Lo importante son los personajes, no los actores que estamos detrás de ellos. Y todos, desde el primer hasta el último personaje de una historia, son importantes, todos... porque también lo son todas las personas. Y, al igual que todas las personas son igual de importantes pero unas nos llegan más que otras, por el motivo que sea, lo mismo ocurre con los personajes. Y este, a mi, me ha calado muy hondo. Porque en el mundo, por desgracia, ha habido y sigue habiendo muchas Herminias y quizás, su historia, haya removido alguna conciencia, aunque solo sea una, y entonces, yo me reafirmaré en que he elegido la profesión correcta.

Por eso, hoy que siento que la actriz, la persona y el personaje están mezclados y me cuesta separarlos, quiero aprovechar,  en primer lugar, para dar las gracias, a mi familia, por apoyarme siempre en mis decisiones personales y profesionales, por enseñarme que no es malo equivocarse, porque de los errores también se aprende y te hacen crecer, por no juzgarme cuando los cometo, sino simplemente tenderme la mano para aydarme a levantarme y por enseñarme a afrontar la vida con valentía y hacer las cosas con el corazón. A mis amigos por escucharme, apoyarme incondicionalmente y ser una segunda familia que elegiría una y otra vez. A todos los que me han ayudado a constuir este camino que he elegido y me hacen aprender cada día... porque Herminia me ha enseñado lo que se siente cuando uno está solo, y yo nunca lo estaré. A las personas que han hecho posible que yo haya formado parte de esta serie: profesores, compañeros, todas esas personas de las que he aprendido y sigo aprendiendo, a mi representante por llevarme de la mano, a las directoras de casting por confiar en mi y por supuesto a todo el equipo de Acacias 38, por hacer posible que se puedan seguir contando historias, por dejarme formar parte de ellas, y a los guionistas, por hacer que Herminia exista y por escribir personajes humanos de verdad. A mis compañeros de la serie por ser un ejemplo de humanidad, de profesionalidad y de talento. Y por último, a vosotros, a todas esas personas que habéis hecho que hoy reciba cientos de mensajes que me han emocionado. Gracias por vuestras palabras, gracias por hacer que mi trabajo tenga sentido, por hacerme sentir que he contado un trocito de una historia y os ha llegado. Por eso, todo ese cariño, si no os importa, se lo voy a trasladar a ella, a Herminia, y por extensión, a todas las personas que se han sentido humilladas, maltratadas o injustamente tratadas por su clase social o por ser mujeres, porque la realidad, por desgracia, a veces, supera la ficción. Por todas ellas, por las personas que se han visto superadas por sus circunstancias, por las que no han visto una salida, por las que se han sentido solas en el mundo y desprotegidas, por las que han sido explotadas en su trabajo y por las que tienen una familia a la que no pueden mantener. Por todos ellos, hoy, deseo de todo corazón que Herminia, en el futuro, sea solo un personaje de ficción...Siempre he querido ser actriz para ayudar un poquito a que el mundo fuera un poco mejor... pero hoy siento que es ella la que me ha hecho ser mejor a mi.

¡POR HERMINIA!