Los hechos son sagrados, las opiniones, libres

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miércoles, 10 de febrero de 2016

Titiriteros, gigantes y molinos

Titiriteros, gigantes y molinos

Existen muchos tipos de manifestaciones artísticas. Entre ellas está el teatro. Existe la comedia, la tragedia, la tragicomedia, el drama... hay entremeses, hay sainetes, hay sátiras... hay teatro enfocado a los adultos, a los niños, a todos los públicos.. teatro enfocado a un grupo más o menos minoritario... hay obras realistas, obras de ciencia ficción... hay comedias musicales, hay teatro gestual, hay mimos, hay cuentacuentos, hay representaciones con títeres... hay teatro bueno, otro menos bueno, o mejor dicho, hay teatro que nos gusta más y teatro que nos gusta menos... clásico, moderno, contemporáneo... solo hay una cosa, una única cosa que todos los géneros y modalidades que he nombrado tienen en común. Solo una. Una sola palabra. FICCIÓN. Son textos, obras literarias, escritas para ser representadas. Independientemente de que el actor que interprete esos textos sea o no el autor de dichas obras, está haciendo eso, INTERPRETAR.

Cuando un actor representa a Macbeth no debemos preocuparnos porque quiera matar al rey. Tarantino no nos está intentando convencer para que matemos a un hombre llamado Bill. Cuando Chaplin se pone ese famoso bigote en El gran dictador no pretende convertirse en Hitler. Vaya obviedad, ¿No? Pues no, parece que no.

Hay un documento histórico llamado Declaración universal de los derechos humanos. En este caso, aunque a veces pueda llegar a parecer lo contrario, no se trata de una obra literaria, sino un escrito que recoge una serie de derechos fundamentales comunes a todas las personas que vivimos en el mundo. En este documento hay un artículo, el 19 concretamente, que habla sobre algo llamado libertad de expresión. Y dice así:

"Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión."

Hasta ahí, todo claro. Macbeth es una obra de ficción y la Declaración de los derechos humanos es un documento real. El problema viene cuando juzgamos la ficción como si fuese realidad y convertimos la realidad en ficción. ¿Os imagináis a un actor siendo detenido durante una representación de la obra de Shakespeare como sospechoso de una conspiración en contra de la monarquía?

¿Os acordáis de cuando "todos éramos Charlie Hebdo"? El mundo se alzó a favor de la libertad de expresión... estos días me pregunto si era diferente porque todos tenemos claro que es una barbaridad que alguien pretenda matarte por ejercer tu libertad de expresión pero no tanto que alguien pretenda encerrarte... o quizás porque somos tan hipócritas que no nos parece de mal gusto satirizar con unas cosas o con otras según lo cerca o lejos que nos queden geográficamente. Pero en realidad, estamos hablando de dos barbaridades distintas, pero de dos barbaridades. En el caso de Francia, unos terroristas pretendieron quitar a un hombre su vida por ejercer su derecho a expresarse. Aquí y ahora, ha sido el sistema el que les ha privado de lo más sagrado que tiene un ser humano a parte de su vida. Su libertad. A mi, personalmente, que un terrorista actúe de manera inhumana, me entristece profundamente, pero no me sorprende. Pero que lo hagan quienes se supone que están para hacer funcionar la justicia, además de entristecerme, me indigna profundamente.

Yo no he visto la representación de los titiriteros. Debo ser la única, porque todo el mundo parece saber exactamente de qué trataba, cómo era, con quién y de que manera se metía... qué suerte. Qué facilidad tiene la gente para juzgar algo que no ha visto y para asegurar cosas que no sabe. Debemos estar aprendiendo mucho de los políticos que nos gobiernan. Yo tengo la extraña manía de intentar no juzgar demasiado asertivamente aquello que no he visto y que desconozco. Aun así, he de decir que, a priori, si me baso en alguna de las 350 versiones de cómo era la supuesta representación, me parece bastante desacertada y de mal gusto. Pongamos que ese es el caso. Que la obra era violenta, desacertada, desagradable y no apropiada para los niños ( eso por supuesto no lo pongo en duda) ni tampoco para ser representada en un espacio público, ni tan siquiera para adultos. De acuerdo. Quizás, tal vez, podría ser... digo yo... que una posible solución sería simplemente ... no sé... ¿quitarla, por ejemplo? Vale, no es suficiente,  vamos a buscar responsables. ¿La persona que programó esa representación, quizás? "Es que no habían avisado" "sí, sí que habían avisado" "No, habían dicho que era para todos los públicos" "no, no lo habían dicho" "ya la habían hecho más veces" "no, sólo en Granada"  "por cierto, Carmena dimisión" "Pues Ana Botella era peor" "pues ahora los perros pueden ir en el metro" "pues a mi me parece mal porque no me gustan los perros, y encima no se puede ir en coche por el centro" "Carmena dimisión" y mientras tanto, dos personas en la cárcel por .... ¿Por qué motivo? ¿El programador no leyó una sinopsis de la obra? Para que te programen una obra en una sala privada de 30 personas de aforo te piden el dossier, un vídeo, fotos, la descripción de la compañía... ¿Y el programador no tenía ni idea de de qué iba la obra? Sinceramente, no lo comprendo. En caso de que estos dos titiriteros hayan engañado al responsable de la programación, mal por parte de ellos, y mal por parte del susodicho por no hacer bien su trabajo. En caso de que sí lo hayan hecho, mal solo por parte del susodicho. Pero en cualquier caso, el elemento "cárcel" sigue sin encajar en esta ecuación. Y es el elemento principal. Y se nos olvida. Porque quieren que se nos olvide y nosotros nos dejamos, como siempre.

Y yo me pregunto mil cosas.. me pregunto cuales son los límites de la libertad de expresión cuando un concejal tiene que dimitir por unos chistes de mal gusto en twitter de hace 6 años y "otros" no dimiten después de años de contar mentiras como si fueran verdades...por hacer ficción de su falsa realidad... me pregunto si la censura ha vuelto o si nunca se ha ido... me pregunto por qué una alcaldesa tiene que asumir la responsabilidad de la programación de una representación.. ¿Tendría que supervisarla ella personalmente? ¿Entonces sí que estamos de acuerdo en que el presidente del gobierno tendría que dimitir cuando otros miembros de su partido la cagan estrepitosamente? Uy, he dicho presidente del gobierno... si no tenemos de eso... me pregunto si van aprohibir las murgas y las chirigotas, porque se meten con la monarquía, los políticos, los curas... y por tanto en el mundo este nuevo que nos estamos inventando hacen apología de la anarquía, de la rebelión, del sacrilegio... Además, algunas son de mal gusto... pero, para mal gusto, Hombres, mujeres y viceversa, ¿No?... Y eso.. ¿en que horario lo ponen?... Esos dos titiriteros ... como sienten precedente... van a ir seguidos de un montón de pintores, cineastas, dramaturgos, actores... bufff... van a ocupar un montón de sitio en la cárcel, ¿No?... ¿Entonces dónde van a meter a todos los políticos corruptos? Ah no, que esos no van a la cárcel, ahí solo van los titiriteros, la gente pobre e Isabel Pantoja... Es más, tampoco dimiten... No, es que a parte del programador y de Guillermo Zapata aquí solo está de moda ahora la dimisión a Manuela Carmena, porque los trajes de los reyes magos eran horrendos... qué mal gusto!! Anda, mira, como los titiriteros... ah.. es verdad! ....discutámoslo.. discutámoslo todo y peleémonos en las redes sociales.. ¿hago un meme?... ... ...

...y... mientras tanto... mientras tanto,  dos personas están en la cárcel y no tengo ni idea de qué terrible delito han cometido. ¿Por qué? Porque hay gente interesada en convertir verdades en mentiras y mentiras en verades, ficción en realidad y realidad en ficción. Gigantes en molinos... y molinos en gigantes.

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